domingo, 1 de febrero de 2015

Una medida que es consecuencia de la inflación

Análisis.

Ayer, Cristina Kirchner se limitó a anunciar el aumento de las jubilaciones y pensiones que debe aplicarse a partir de marzo y que corresponde que realice la ANSeS en esta época del año en virtud de la ley de movilidad previsional.

En cambio, la Presidente no extendió ese incremento a otras prestaciones sociales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las Asignaciones Familiares que acumulan una caída en el poder de compra del 20% o más y que por falta de movilidad propia es determinado discrecionalmente por el Poder Ejecutivo. Ni hablar del seguro de desempleo que sigue hace congelado en un tope de $ 400 mensuales.

El incremento del 18,26% sumado al anterior aumento del 17,21% de septiembre equivale a una suba anual del 38,6%, en línea con los índices de inflación oficiales de varias provincias (como la que miden los institutos de estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires y San Luis) y de la mayoría de las consultoras.

Sin embargo, como los aumentos de los haberes se aplican en forma semestral y la inflación es diaria, semanal y mensual, esta vez las mejoras nominales compensan la inflación pasada pero no reponen lo perdido durante los 6 meses que median entre aumento y aumento.

Ahora habrá que ver cómo evolucionará la inflación en los próximos meses porque los jubilados deberán esperar hasta septiembre para cobrar el siguiente ajuste. La Presidenta dijo que se trata del aumento más alto “desde que se sancionó la Ley de Movilidad jubilatoria” en 2009. Esto no es un mérito ni representa por sí una mejora real de los ingresos de los jubilados y pensionados sino una consecuencia de la mayor inflación.

A partir de marzo, el haber mínimo será de $ 3.821, que cobra más de la mitad de los jubilados y pensionados: unas 3 millones de personas y que apenas “cubre el 40% de la canasta básica del jubilado, valuada en noviembre pasado en $ 6.700”, según le dijo a Clarín el Defensor de la Tercera Edad, Eugenio Semino. En tanto, si ambos cónyuges cobran el haber mínimo podrían alcanzar la canasta básica matrimonial valuada en $ 7.600.

“Este nuevo haber mínimo esta también muy por debajo del Salario Mínimo Vital y Movil que ya hoy es de $ 4.716 y que también está retrasado”, agregó Semino.

Más acuciante es la situación de 1,5 millón de beneficiarios de pensiones no contributivas que cobran menos, el 70% del mínimo: desde marzo son $ 2.675 mensuales.

La Presidenta Cristina Kirchner dijo que con este ajuste el haber medio será en marzo $ 6.806. Representará entonces la mitad del sueldo medio de los aportantes activos, muy lejos del 82% móvil que sigue siendo una gran deuda pendiente

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