domingo, 26 de abril de 2015

“Señor Bossio, usted se ríe en la cara de mi madre, que tiene 83 años”

El­sa M. Cu­lla­ri de Ju­liá pa­to­ju­lia2004@yahoo.com.ar

El di­rec­tor eje­cu­ti­vo de la ANSeS, Die­go Bos­sio, ha em­pa­pe­la­do la Pro­vin­cia con afi­ches de cam­pa­ña. Los he vis­to y mi pe­cho se ha lle­na­do de in­dig­na­ción. “Cons­trui­mos.org”, di­cen. ¿Qué cons­trui­mos, se­ñor Bos­sio? Us­ted no de­be­ría es­tar allí. Quien in­cum­ple con la ley no me­re­ce es­tar allí.

El di­rec­tor eje­cu­ti­vo de la ANSeS, Die­go Bos­sio, ha em­pa­pe­la­do la Pro­vin­cia con afi­ches de cam­pa­ña. Los he vis­to y mi pe­cho se ha lle­na­do de in­dig­na­ción. “Cons­trui­mos.org”, di­cen. ¿Qué cons­trui­mos, se­ñor Bos­sio? Us­ted no de­be­ría es­tar allí. Quien in­cum­ple con la ley no me­re­ce es­tar allí.

Mi ma­dre, El­sa, en 2008 le ga­nó a la ANSeS uno de los tan­tos jui­cios de re­vi­sión de ha­be­res. El jui­cio ha­bía co­men­za­do en el 2001. Ja­más co­bró un cen­ta­vo.

Mi ma­dre, El­sa, en 2008 le ga­nó a la ANSeS uno de los tan­tos jui­cios de re­vi­sión de ha­be­res. El jui­cio ha­bía co­men­za­do en el 2001. Ja­más co­bró un cen­ta­vo.

Es­tá en si­lla de rue­das, tie­ne 83 años y vi­ve con­mi­go y mi fa­mi­lia. Al­qui­la­mos. No te­ne­mos ca­sa pro­pia. Ella no tie­ne más tiem­po pa­ra per­der.

Es una víc­ti­ma más de la im­pu­ni­dad, la co­rrup­ción, la de­ja­dez de un Es­ta­do au­sen­te que se ríe en su ca­ra.

Us­ted se ríe en la ca­ra de mi ma­dre. Por­que le en­vié car­tas y no res­pon­dió. Por­que ha­bla en vano de jus­ti­cia so­cial y de in­clu­sión. Por­que in­cum­ple la ley y pa­sa por so­bre los de­re­chos de una ciu­da­da­na.

Us­ted se ríe en la ca­ra de mi ma­dre. Por­que le en­vié car­tas y no res­pon­dió. Por­que ha­bla en vano de jus­ti­cia so­cial y de in­clu­sión. Por­que in­cum­ple la ley y pa­sa por so­bre los de­re­chos de una ciu­da­da­na.

Se­pa que si a mi ma­dre le su­ce­de al­go lo ha­ré di­rec­ta­men­te res­pon­sa­ble en la Jus­ti­cia por aban­dono de per­so­na.

Es­toy har­ta, es­toy tris­te, sien­to im­po­ten­cia, fu­ria. Mi ma­dre tra­ba­jó to­da su vi­da. Quie­ro jus­ti­cia ya. ¿Es que na­die pue­de ha­cer na­da al res­pec­to?

Elsa M. Cullari de Juliá

patojulia2004@yahoo.com.ar

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