sábado, 24 de septiembre de 2011

“PAMI y el cáncer de mi Viejo”

24/09/11 - 01:32 – Clarin

Mi padre, Nelson Osmar La Falce, tiene 71 años y es el mejor papá del mundo. Lamentablemente, padece de cáncer, una enfermedad con la que en este país es muy difícil convivir sin tantos recursos.
Pero ¿saben algo? Olvidé decir que mi Viejo tiene un recurso o una cualidad que no se consigue ni con toda la plata del mundo y es las ganas de vivir y de pelearle a la muerte.
Le diagnosticaron cáncer de riñón hace aproximadamente 4 años y los médicos le daban sólo 6 meses de vida. Pero bueno, con lo que no contaron es con sus ganas de vivir.
El mayor problema son las trabas que le ponen en el PAMI. Necesita una droga que le fue recetada por un especialista del Instituto de Oncología Angel Roffo, pero en el PAMI dicen que no le corresponde. No se la autorizan y mi padre ya hace aproximadamente dos meses que no cuenta con ella.
Lo que están logrando es que cada día le queden menos fuerzas para seguir peleando. Evidentemente, a ellos no les interesa su vida.
¡Ah, me olvidaba!: sacó un préstamo de 9 mil pesos para poder adquirir la droga y tratar de vivir hasta que PAMI lo disponga.

Osmar La Falce
olafalce@hotmail.com

Escuchen

Tengo 76 años y sentencia judicial firme. El expediente (N° 024-20-04158990-7-150-1) está en mesa de entradas y evaluación. Ya solicité la aplicación del artículo 56/97 por tener una enfermedad neurológica importante, pero me dicen que este artículo es sólo para enfermos terminales.
¿Les parece que después de haber trabajado 40 años y hallarme enfermo neurológicamente no merezco cobrar lo que me corresponde? Sabrá Dios si en estas condiciones llego a los 90 años. Es una vergüenza haber puesto una edad tan elevada para pagar los juicios.
No creo que sean muchos los que lleguen, espero que esta carta sea leída por alguien que se conduela de mis condiciones, así podré por lo menos pagar los medicamentos que necesito, ya que mi haber actual es el mínimo
José Jurberg
luisajurberg@hotmail.com


Analizando el veto presidencial a la Ley 26.649 de los jubilados, se demuestra el poco o nada de respeto que se le tiene al pueblo y a la Constitución Nacional. Las palabras para justificar el veto suenan como un insulto a la inteligencia del los argentinos.
El Artículo 14 bis garantiza la movilidad de los haberes de los jubilados. Además, ordena la garantía irrenunciable de la seguridad social buscando de esta manera el cumplimiento del Artículo 28 de la Constitución, que dice que los principios, garantías y derechos reconocidos en los anteriores artículos no podrán ser alterados por las leyes que reglamenten su ejercicio
Miguel González
miguelgonzalez927@gmail.com


En distintas oportunidades los ciudadanos hemos tenido que elevar nuestra voz de protesta debido a la desidia, soberbia y mal trato con los que fuimos atendidos por el personal de oficinas públicas.
Pero hoy mi carta es para ponderar a los empleados de la delegación Mar del Plata del PAMI, quienes por su calidez humana son merecedores del agradecimiento de los abuelos que son atendidos a diario en esa dependencia. En forma especial a la señora Susana Lanza, quien con una gigantesca dosis de voluntad busca solucionar los problemas a todos aquellos que requerimos de sus servicios, y no descansa hasta darle al jubilado la solución esperada. Yo fui una de esos abuelos beneficiados con su atención. Con esto comprobé que no todos nos consideran a los “viejos” como un simple material descartable. ¿No les parece que siguiendo el ejemplo de esta gente viviríamos en una sociedad mucho mejor?
Ricardo Serra
beberojo36@hotmail.com


Querido papá, a casi un año de tu muerte, todavía sigo con bronca, como la de aquel 3 de octubre después que viniera a verte la “doctora” (?) del PAMI, quien tras revisarte te recomendó que caminaras un poquito y tomaras algo de compota. Luego se fue tranquila, como si nada.
Recuerdo que a las pocas horas te tuve que llevar al Hospital Perón de Avellaneda donde te operaron de urgencia por una peritonitis. Te fuiste porque tu cuerpo no se aguantó tanta infección. Los médicos con los que hablé no pueden creer que con los síntomas que tenías la doctora del PAMI no te hubiese hecho internar.
Papi, ojalá donde estés no haya más abuelos víctimas de esta mujer de la cual en PAMI se negaron a darme su nombre.
Alejandro Ros
gury666@gmail.com


El PAMI le acaba de prestar al Gobierno kirchnerista la suma de $ 1.630 millones, que sumados a los $ 5.500 millones apropiados anteriormente a cambio de papelitos de colores (léase bonos), hacen un total de $ 7.130 millones. Mientras, los jubilados seguimos esperando el 82% móvil que la Presidenta nos vetó, luego de ser aprobado por el Congreso, aduciendo no contar con los fondos necesarios para ello. Los números mencionados hablan a las claras de la falacia de sus palabras y de las de sus funcionarios. Recordemos que esos dineros son nuestros y que debemos acordarnos de esta injusticia en octubre a la hora de votar.
Claudio Pacheco
claudiopachecoortiz@yahoo.com.ar

domingo, 11 de septiembre de 2011

Alberto, un buen hijo

Un monólogo telefónico. Mayo/2011.

Un homenaje a un padre “X”.

ALBERTO, UN BUEN HIJO

¡Hola!... ¿Don Natalio?...

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¿Cómo le va?... ¡Tanto tiempo!…

……………………………………

Bueno… ¡Me alegro que le vaya muy bien!...

Disculpe usted, si lo molesto… A esta hora.

Pero recién me autorizaron

A realizar esta llamada.

¡Que tenga usted un muy buen día!...

Y… ¡Feliz día del padre!, Don Natalio.

………………………………………..

Bueno… ¡Gracias!... ¡Gracias!...

Es usted muy considerado conmigo.

Y… ¿Su señora? ¿Bien?...

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¡Gracias a Dios! ¿Y su hija?…

¿Mi nuera, con el embarazo?

Va a ser primeriza…

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¡Qué alegría que me da!

¡Hace tanto que no la veo!...

Yo quería pedirle un pequeño favor…

Que usted lo abrace al Alberto

Y le dé un beso de mi parte…

Sucede que yo no puedo hacerlo…

No me permiten salir solo…

Lo esperé todo el día…

Pero el Alberto no vino…

……………………………………………

…¿Cómo? ¿Qué estuvo todo el día

Renegando para arrancar el auto?...

Bueno… Dígale que estoy bien

Y que lo quiero mucho…

Don Natalio… Disculpe si lo molesté…

También, dígale que estoy contento…

Que hoy hicimos una fiestita

Con los otros cuatro muchachos…

Nos dieron locro y empanadas

¡Y hasta una torta tuvimos!

Celebramos el Día del Padre… ¿Sabe?

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No… Nosotros solos, no… Bueno…

Con Agustina, la cocinera…

La enfermera tenía franco.

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Sí… Sí… ¡Estoy bien!... ¡Gracias!

Bueno… ¡Chau!...

…………………………………………….

¡Muchas gracias!

¡Que todo siga bien!...

Cuideme al Alberto… ¡Es un buen muchacho!...

El único que tuvimos con la finada Sofía.

Lo dejo porque ya son las diez de la noche

Y en el geriátrico van a apagar la luz…

¡Adiós! ¡Hasta la próxima!

ERD

edutchen@gmail.com

martes, 6 de septiembre de 2011

UNA CHARLA DE CAFÉ

Un día de julio de 2011, cumpliendo el rito habitual, presté atención a la “Carta de lectores” del diario Clarín. La enviaba Norberto Véspoli y la tituló “¿Cómo vivimos con $ 40 diarios?”

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(SIC)

A pesar de mis años, tengo 70, nunca dejo de admirar la destreza y la facilidad de palabra que ostentan los abogados, los políticos y ciertos funcionarios, que con su oratoria logran convencer a las multitudes.

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Seguramente tuvieron excelentes profesores en lengua y literatura en sus tiempos de estudio. Además, tienen que haber sido muy buenos educandos, de esos que no poseen faltas de ortografía y que sobresalen en redacción.

Conmigo, en el boliche, está don José Zapata de 72 años, que tiene un juicio ganado hace tres años, por actualización de su jubilación, pero que todavía no tiene fecha de cobro. ¿Será porque su apellido comienza con “Z”?

También está don Luis, retirado militar, de la fuerza aérea. El estuvo dirigiendo la construcción de la base Marambio, en la Antártida. También se ocupó de la construcción de la base aérea en las Islas Malvinas. Es el mejor vestido de todos nosotros. Hasta lleva un pañuelo de seda verde alrededor del cuello. Siempre se pide un capuchino, mientras nosotros degustamos un cafecito. Sus historias las contó tantas veces que ya sabemos cómo colocar las planchas de aluminio para confeccionar las pistas de aterrizaje. El chimichurri para adobar el lechón ya lo sabemos de memoria. Pero hoy está comentando el cuarto asalto que sufre en una salidera bancaria. Eran dos “motochorros” que, de alguna manera, se enteraron de su extracción bancaria.

Finalmente, cierra el cuarteto de la mesa de café, don Carlos. El vive solo, hace poco quedó viudo. Sus dos hijos emigraron del hogar cuando se casaron. Ellos lo visitan de vez en cuando. Dice que quería hacer un asado para el domingo, pero no le alcanzaba el dinero. Entonces, de bronca, se gastó cuarenta pesos en verduritas para hacer una sopa, la que le alcanzará para dos o tres días.

Hoy, yo aporté poco en la charla de la mesa de café. Hace como cuatro años que nos juntamos casi todas las tardes. Estaba imbuído en cuestiones políticas, se aproximan las elecciones, sociales ¿por qué vetaron el 82% para las jubilaciones? y económicas, ¡cobro 1200 pesos por mes!

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(SIC)

Pero para mí, la que se lleva los laureles es nuestra Presidenta, [ella es abogada] quien con sus palabras sencillas y de fácil comprensión logra convencerme de que estamos en el mejor de los mundos [posibles].

Cada vez que la escucho me doy cuenta de que en el país no hay inflación, no existe la inseguridad, no hay miseria ni indigencia y que en el Banco Central y en la ANSeS sobran los billetes. [¡Seguramente será por su buena administración!]

Verdaderamente, me quejo de lleno. Lo único que me faltaría es que, con su locuacidad tan avasalladora y persuasiva, me diera alguna “receta mágica” explicándome ¡cómo [mierda] debo hacer, para vivir con cuarenta pesos por día! Este jubilado, [como tantos otros,] se lo [agradeceríamos aneternamente].

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¡Cómo me gustaría un día, poder pagar la ronda de café de la mesa!

Eduardo Roberto Dutchen

edutchen@gmail.com