“El sueño de estar jubilado estalla ante la realidad”
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05/10/13 – Clarin
¡Ah, qué placer se siente! A partir de ahora, ¡a disfrutar de la vida! Durante muchos años se ha trabajado. Pero ahora nada de despertador, nada de levantarse con frío o lluvia. Gozar del placer de poder sacarle la lengua al reloj que nos mira desde la mesa de noche. Disfrutar y sentir un íntimo regocijo de un pensamiento de saber que otros están trabajando. Tener como obligación solamente ir a cobrar una vez por mes.
¡Qué lindo es disfrutar del placer de estar jubilado! Nos sentimos así: llenos de júbilo. Hacer realidad el sueño latino, cobrar y no trabajar. Pero hubo aquellos que tuvieron la suerte de hacer el sueño durante su vida por medio de un empleo público y/o político. Ahora todos los que superen cierta edad, podrán hacer el sueño. Pero ...
Si lo que se cobra es el mínimo, ¿dónde estamos? Un poco más abajo de la línea de Plaza Once (Miserere). Y entonces el sueño se pincha, estalla ante la realidad. Volver al trabajo, pero por otra miseria de ingreso. Es que aquellos que jamás tendrán necesidad de jubilarse, pagan miserias por un trabajo.
¿Estarán buscando que se termine la vida más rápido? Hay espacio y comida para todos, repartamos mejor.
Juan R. Bell
belljuanroberto@yahoo.com.ar
Voces, reclamos y esperas de jubilados
Quiero decir que estoy en todo de acuerdo con la carta del 31 de agosto de Mario Parafati sobre la tarjeta implementada por la ANSeS para percibir las jubilaciones. Agrego que la obligatoriedad de presentar comprobante de “supervivencia” es una cosa indignante y falta de respeto, como si se esperase que uno esté muerto para no pagar. ¿Acaso cuando cobro en el Banco Nación por ventanilla, el cajero no ve mi foto y que soy el titular? ¿Qué más precisan?
El certificado de “supervivencia” tendría que ser presentado únicamente por un representante o apoderado y no por el titular. Señores de la ANSeS, sepan que estoy vivo y espero estarlo por muchos años más, aunque a ustedes les duela.
Francisco De Stéfano
DNI 12.88.469
Soy docente, profesor de Historia, licenciado en Gestión Educativa y magister en Educación. Trabajo en el Ejército argentino desde 1972, cuando ingresé como preceptor, hasta llegar a acceder al cargo de asesor docente. Hoy, después de más de cuarenta años, el Ejército, en principio el anterior jefe de Estado Mayor, general Luis Alberto Pozzi y luego el actual, general César Milani, disponen la intimación a jubilarme en razón que a su entender cumplo con lo establecido en la ley 25.164, la que regula la actividad de los empleados públicos y por una rara concepción a los docentes de las Fuerzas Armadas. Debo jubilarme de acuerdo a los términos de la Ley 24.016 que establece las condiciones para obtener la jubilación docente. En la ANSeS me informaron que no podré jubilarme hasta no presentar la Certificación de Servicios Docentes de la Provincia de Buenos Aires (IPS), jurisdicción en la que también me desempeño desde hace veinte años. Esa documentación demora aproximadamente dos años.
El problema es que el tiempo de intimación que me efectúa el Ejército es de un año y venció el 28 de setiembre de 2013. A pesar de las cartas documento enviadas a Milani, sigue sosteniendo que esa es la fecha de mi cesación y que no es de su responsabilidad que la Provincia demore tanto tiempo, desconociendo el alcance del Decreto 8820/62 que permite la permanencia en el cargo hasta obtener la jubilación.
Resumiendo, Milani me cesará después de cuarenta y dos años en el Ejército, dejándome sin sustento económico para mi familia, no podré enfrentar los compromisos crediticios contraídos y sin acceder a la jubilación aunque la causa del cese será … ¿jubilación?
Daniel Pérez
dalasama@yahoo.com.ar
Es indignante lo que el Estado me está haciendo. Mi expediente previsional (52110/2007 Cámara Federal de la Seguridad Social), iniciado en noviembre de 2007, con fallo favorable de las tres instancias judiciales y cuando el ente liquidador ya hacia más de 4 meses que había elevado al Juzgado de 1ra Instancia las liquidaciones correspondientes, fue paralizado por el Estado nacional que interpuso un “recurso de hecho” para dilatar el pago de los retroactivos.
La Corte Suprema mantiene desde el 1° de julio de 2013 dicho expediente y pese a los reiterados e-mails enviados aún no recibí respuesta. Esto se contradice con lo dispuesto por la misma Corte hace unos días en su acordada para conformar comisiones especiales que estudien formas para “acelerar las causas penales”. Pregunto a los jueces del más Alto Tribunal: ¿y los expedientes previsionales, qué? Más de 400 mil de ellos esperan la gracia de Dios para que algún día algunos de los demandantes o sus descendientes perciban las deudas que el Estado nacional mantiene in-eternum. Es necesario que la ciudadanía tome conciencia que si no reclama, el Estado se hará el zonzo para seguir mintiéndonos con falsos eslogans de crecimiento y década ganada, mientras por otro lado nos negará justicia y equidad.
Oscar Ascona
oscarascona@hotmail.com
Hay un par de millones de personas que mensualmente reciben una modesta pensión o jubilación que ronda en los $ 2.400, pero según el banco pagador no pueden retirar más de $ 2.000 diarios, lo que significa que para cobrar tan magros haberes se hace necesario concurrir dos veces.
La inseguridad que reina en el país no la discute nadie. No se puede obligar a gente de la tercera edad a correr un doble riesgo de ser asaltado en las ya famosas “salideras bancarias”.
Esa norma, que a mi entender arbitraria y cuya legitimidad desconozco, no protege a nadie y aumenta la posibilidad de consecuencias imprevisibles.
Teodoro Cervo
tcervo@live.com
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