“Presidenta, nosotros somos viejos, no estúpidos”
23/11/13 – Clarin
Bienvenida a su trabajo, señora Cristina. Soy jubilado, voy a cumplir 84 años, y esperé que usted se reincorporara a sus tareas de Presidenta, y ver cuáles serían las medidas que iba a tomar, ya que era de esperar que una vez repuesta, algo iba a hacer. Con mucha ansiedad recibí su imagen en la pantalla, esperé su introducción, pero luego de ver los cambios que hizo, pregonados por el vocero Scoccimarro sobre los cambios de ministros, con sorpresa vi a los “cinco grandes del mal humor” que una vez salieron juntos, y se reían, y me pregunté: ¿se reían de nosotros?
Yo trabajo desde los 8 años, puede enviarme a la AFIP, tengo un departamento, que lo tuve que hipotecar varias veces, debido a los gobiernos que desde 1945 a la fecha nos fundían sistemáticamente. Desde febrero que publiqué en Clarín un artículo que se titulaba “¿Por qué no nos matan ahora?” (si no lo consigue, se lo envío) fui recibiendo e-mails de todo el país, y de jubilados en el exterior. Se hizo una cadena importante. Yo iba a ver a los jubilados a las filiales de PAMI, y les hablaba de que fueran a votar. Sepa, Presidenta, que somos unos 7.000.000: con que vayan 1.000.000 a las urnas, damos vuelta cualquier elección.
Tome nota, Cristina, que para el 2015 nos estamos preparando, vamos a ir a visitar a todos los partidos políticos, inclusive el suyo, para pedirle qué proyectos tienen para los jubilados. La idea es que el proyecto que tengan lo firmen, ya que de no hacerlo, todos los jubilados del país van a saber que ese partido o ese político, no quiere firmar.
Somos viejos, no estúpidos. Esperaba que usted nos dijera que, por “el aguante”, nos iba a dar un premio especial a los jubilados para fin de año. Señora Cristina, no se pelee más, no discuta, no vale la pena. ¿Por qué no se dedica a disfrutar de la vida? Basta de prepotencia, amenazas, discordia permanente. Dígales a sus muchachos que esto no es un partido de fútbol, es la Patria.
Enrique Epstein eme942@gmail.com
Voces, reclamos y esperas de jubilados
Es descabellado lo que me está haciendo la ANSeS y el Juzgado Federal de la Seguridad N°3. Tengo sentencia definitiva N° 20388, Exp. N° 24141/2008, con resolución favorable desde el 14 de junio de 2012 la que fue apelada la ANSeS hace más de un año.
Mi queja es con motivo de que no puedo esperar más ya que tengo 79 años, próximo a cumplir los 80 años, con varios problemas de salud y operaciones en los últimos 3 años.
Por lo tanto solicito a quien corresponda agilizar la resolución de este trámite por cuanto el inicio es del 2007, tiempo más que suficiente para dar por concluido el mismo y hacer efectivo el pago de la sentencia.
Luis Simonini simoninistudio@hotmail.com
Una medida absurda por donde se la mire y que sólo busca complicar los trámites en perjuicio de los ancianos es la de presentar cada 3 meses el certificado de supervivencia para cobrar los haberes, teniendo en cuenta que ahora se implementó la tarjeta obligatoria para cobrar por cajero. En particular a los que cobran en el Banco de la Nación Argentina, que tienen la tarjeta Argenta, los eximen de cumplir con dicho recaudo.
¿Será que el sistema es privilegiado? Porque si es una ley, hay que cumplirla y está claro que en el caso de esa institución no lo hace. Beneficios que le dicen.
A propósito, días atrás una diputada anunciaba que presentará en el Congreso un proyecto para eliminar esa exigencia, permitiendo a los bancos cruzar datos con el Registro Nacional de las Personas en forma automática, derogando esa obligación de la ANSeS. Es indudable que, si se concreta, es un paso adelante para terminar con esta verdadera fantochada.
Finalmente, ¿para qué se necesita tanta seguridad si es el propio titular del beneficio el que cobra quien concurre al banco munido de su documento de identidad para acreditarlo? Probablemente sea conveniente en los casos de apoderados de los beneficiarios, pero en el caso de los titulares la medida no tiene ningún sentido y debe ser dejada sin efecto.
Doctor Mario Parafati malepara@yahoo.com.ar
Mi pareja, Néstor Ibañez (DNI 14.181.001) de 53 años de edad, jubilado, discapacitado con secuelas de poliomielitis, afiliado a PAMI, viene peleando un pedido de vivienda desde el 2009 a esta institución. La misma cuenta con barrios para los afiliados, a quienes les otorga unidades en comodato en diferentes localidades de la provincia de Buenos Aires.
Después de recopilar la documentación necesaria se nos otorga el beneficio de un subsidio por alquiler por excepción. Se nos dijo que era para “palear la situación hasta comenzar con el trámite de otorgamiento de vivienda por otro expediente”.
Esta ayuda consistía en un 40%. Teníamos que encargarnos de buscar tres presupuestos de viviendas en alquiler, que no incluye honorarios de inmobiliaria, ni sellado, ni gastos administrativos. Nuestra situación económica fue empeorando y no podíamos completar el pago del alquiler. Tuvimos que dejar la vivienda y esperar un par de meses en una habitación prestada, hasta tanto PAMI lo resolviera.
En noviembre del 2011 la jefa de Viviendas de PAMI Central, dijo: “Las casas no pueden entregarse porque no están en condiciones y no hay presupuesto para arreglarlas”. Nos otorgan un nuevo subsidio de mayor presupuesto, y así desde agosto estamos suplicando que cumplan con los pagos por que estamos en las mismas o peores condiciones que la principio, con una deuda de meses en alquiler. En Llavallol hay 20 casas desocupadas para los afiliados al PAMI que lo necesitan.
Claudia Argenti patybip@hotmail.com
Con gran sorpresa y estupor he leído un artículo escrito en Clarín donde se comenta la sorpresa ante los gastos previstos en propaganda. Los mismos superan lo que podíamos imaginar a través de distintos estimaciones. Los datos aportados por la ANSES sobre sus gastos en publicidad oficial mencionan el porcentaje que va, por televisión, 50%; vía pública, 20%; radios 8%; medios digitales, 7% y comunicaciones no tradicionales e interna, 3% en cada uno de los casos.
Según el artículo de encabezamiento del mismo, este año se gastarían $ 510 millones en publicidad, y los pobres jubilados que están ya pasando los 80 años y están enfermos por la edad, ¿qué más les espera para su futuro?
Julio César Minuzzi jcemi@fibertel.com.ar