domingo, 15 de diciembre de 2013

“A mis padres les robaron algo más que sus dólares”

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“A mis padres les robaron algo más que sus dólares”

14/12/13 - 15:36 – Clarin

Mis padres, de 77 y 72 años, son jubilados y cobran la mínima. No son empresarios ni gente de riqueza: simplemente son un par de jubilados que viven en Floresta. Gente de trabajo. Mi padre, ex herrero, pasó toda su vida cargando fierros al hombro para poder tener una vejez digna, o un resguardo en caso de enfermedad.

A las 5 de la mañana les sonó el teléfono, con la voz supuesta de mi hermana diciendo que habían entrado ladrones en su casa y que tenían de rehén a toda la familia. Una voz masculina les solicitó nada menos que U$S 140.000. Mi madre lo insultó y le dijo que no tenían dólares. Ellos amenazaban con lastimar a los supuestos rehenes (mi hermana y su familia). Mis padres intentaban llamar a la casa de mi hermana, pero tenían la línea “bloqueada”, ellos nunca desaparecían de la línea telefónica.

Todo esto duró 10 minutos, hasta que mis padres, en medio de llantos, ataques de nervios y angustia, entregaron años de sacrificio (U$ S 30.000). Una persona estaba esperando en la ventana con papel film en la cara para recibir el “rescate”. Aclaro que, aparte de sus dólares ahorrados, a mis padres también les robaron algo más: el orgullo de poder tener un resguardo para su vejez y no depender de sus hijos. Esos ladrones, seguramente, los quemarán en noches de descontrol, drogas y demás. Mis padres siempre estuvieron alerta de cualquier “cuento del tío”, pero como mucha gente cayeron ante este engaño.

Ver llorar a mis padres como dos chicos con desconsuelo por haber pasado el momento de creer que sus nietos, su hija y yerno estaban secuestrados, fue lo que me movilizó a escribir para preguntar: ¿hasta cuándo? ¿Cuál es el límite? Encima tenemos que agradecer que no entraron a la casa y los golpearon como a dos desdichados. Y así estamos, como todos me dicen: “Agradecé que la sacaron barata”. Qué mal vivimos, uno siempre lee que le pasa al otro y dice “pobre gente.” Es así, somos “pobre gente” en manos de nadie, ya que nadie hace nada para proteger a nuestros viejos y a la sociedad.

Adrián Langellotti

ing_comybe@yahoo.com

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