sábado, 22 de agosto de 2015

“La nueva jubilación mínima de $ 4.299 por mes es una vergüenza”

OTRAS CARTAS. Voces, reclamos y esperas de jubilados

Vior

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El aumento en las jubilaciones a partir de septiembre elevando la mínima a $ 4.299 por mes es una vergüenza por varios motivos: es menor al salario mínimo, vital y móvil en vigencia tanto de los activos como de los presos, porque en el caso de estos últimos, el monto que perciben es superior al de una persona que trabajó y aportó durante 30 años o más. Esto configura una verdadera injusticia social. Tampoco alcanza a cubrir las necesidades mínimas de la canasta familiar que, según varios estudios, se eleva a $ 7.600 mensuales.
Además, la Presidenta, confundiendo con números a la gente, habló del Fondo de Garantía que según dijo llega a los $ 500.000 millones, poniendo de relieve su gestión cuando su obligación es que la clase pasiva no pase miseria y las privaciones de toda índole que esta sufriendo.
En cambio habló hasta el cansancio de la inversión de esos fondos, pero en destinos ajenos a los jubilados. Quizás se dirá que no hace más que aplicar la Ley de Movilidad, a lo que yo respondo que es una legislación que hay que revisar, porque los índices para los aumentos se apartan por completo de la dura realidad que le toca vivir a casi 5.000.000 de beneficiarios que perciben la mínima. Además, no hay que olvidar que en su oportunidad vetó el 82% móvil.
Mario A. Parafati
malepara@yahoo.com.ar

Voces, reclamos y esperas de jubilados
Para ayudar a los jubilados víctimas de las inundaciones, una vez más se ha recurrido a los fondos de la ANSES, de propiedad de los jubilados. Según una resolución tomada por su director ejecutivo se les adjudicarán dos haberes mínimos extras a los jubilados que residen en las zonas afectadas.
Los argumentos del Gobierno nacional apelan a la solidaridad frente al drama de la inundaciones. Y ya que de solidaridad se trata, invito a todos los funcionarios del Gobierno nacional, de la provincia de Buenos Aires y a los legisladores de ambas cámaras a hacer una donación total de sus haberes de agosto, como una forma de ayuda a las víctimas y de compensar la ineficiencia demostrada al no haber previsto a tiempo las consecuencias de no haber realizado las obras hídricas correspondientes.
Víctor La Pietra
lapietrav-@hotmail.com

Al inicio de su campaña Mauricio Macri se apuró a aclarar que mantendrá la Asignación Universal por Hijo, que es uno de los éxitos del Gobierno. Pero vale la pena recordar quienes pagan la AUH: los jubilados.
Como para muchos otro subsidios la plata sale de la ANSeS, mientras el Gobierno no paga los juicios de jubilados con sentencia favorable. El Gobierno nacional y muchos provinciales se ufanan de otorgar jubilaciones a quienes no realizaron aportes, que por supuesto se solventan con el dinero de quienes sí los hicieron. Parece que para seguir robando a los jubilados todos los políticos están de acuerdo.
Eduardo Cao
ecao@techint.com

Soy jubilado y en estos meses de campaña uno escucha muchas palabras. Yo estoy de acuerdo cuando Daniel Scioli dice: “Victoria” es más educación, más seguridad, más crecimiento, en definitiva, más igualdad. Pero victoria también es menos corrupción, más Justicia independiente. Victoria es devolverle a los jubilados el derecho a vivir dignamente después de haber aportado con su esfuerzo durante muchos años y no que vivan indignamente recibiendo los míseros salarios que hoy nos ofrecen para que no muramos tan rápido ni tan tarde.
Todo esto no lo dice Scioli y en cambio nos propone que sigamos esperando, que pronto estaremos mejor, pero se olvida que llevan doce años en el poder. Las palabras son benéficas sólo cuando se ven reflejadas en los hechos.
Roque R. Soria
roquedealberdi@gmail.com

Deseo expresar las vivencias que sufre la población llamada tercera edad. El 17 de julio, mi suegro, domiciliado en San Fernando, Buenos Aires, fue diagnosticado de “neumonía”. Debido al cuadro se decidió su internación.
Fue derivado al Centro de Salud “Norte”, de Villa Adelina, Vicente López, lugar en el que había ya vivido una pésima experiencia.
El médico de la Guardia no se acercó para observar su estado general, sólo se limitó a recabar información de mi suegra y a indicar colocar un suero. En las horas que estuvimos en ese servicio no se le controlaron los signos vitales ni se le administró ningún tratamiento. Ubicado en una habitación, siguieron más increíbles experiencias. Esta triste historia finalizó el 27 de julio con el fallecimiento de mi suegro, que pasó a engrosar anónimamente la larga lista de fallecidos en ese centro.
Es muy lamentable que existan lugares como éstos. Indigna y rebela tanta desidia e indiferencia a personas que por “ser del PAMI” parecen ser menos dignas y con menos derechos que el resto de la población.
Alicia T. Ostuni de Boniver
aliostuni@gmail.com

Por suerte mi madre ya fue operada en el Hospital Fernández, gracias a todos aquellos que se preocuparon y ocuparon para que el PAMI diera la autorización para la compra de la válvula aórtica necesaria y se pudiera realizar la operación, luego de una espera de más de 6 meses. Gracias a Clarín que publicó mi carta, al director, médicos y enfermeras de la Clínica Nuestra Señora del Pilar de Ciudadela, a los médicos, enfermeras y al servicio de hemoterapia del Hospital Fernández.
Gracias a los doctores Gustavo Piñeiro y Eduardo Hernández de Prestaciones Especiales de PAMI y a nuestros familiares y amigos por acompañarnos y ayudarnos.
Ahora con mi madre en casa, sólo nos resta esperar que el PAMI nos envíe al kinesiólogo para que pueda realizar la rehabilitación
Fernando Ramos
gallegocah@yahoo.com.ar

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