“Ni siquiera escuchan nuestra voz”

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29/09/12   –  Clarin

“Ni siquiera escuchan nuestra voz”

Soy una jubilada de 67 años que goza de un haber privilegiado de $ 2.000. Es imposible sobrevivir con ese importe cuando, obligatoriamente, tengo que hacer una erogación mayor por el alto costo de vida. Los precios son: pan kilo $ 14; carne rosbif $ 38; tomate $ 10; papas $ 8; cebolla $ 7; ajíes $ 16; leche $ 5,50; yerba $ 14; azúcar $ 8 etc. Los gastos fijos de luz alcanzan los $ 50; los de gas $ 50, teléfono $ 60 y expensas $ 500.
No sólo no alcanzan sino que hace más de cinco años que no puedo comprar nada para renovar mi alicaído vestuario (tres remeras, dos camisas y un pantalón de verano y otro de invierno).
Paso por los restoranes y aspiro el olor a comida, porque no puedo ingresar a ellos: es un lujo que para nosotros no está permitido, y como niños pobres con la ñata contra el vidrio pasamos por la vida sin penas ni glorias observando simplemente cómo un grupo minoritario con poder económico ilimitado (como la clase política) tiene acceso a todo: viajes, ropas de lujos, propiedades de un altísimo valor. Y ni siquiera escuchan nuestra voz.
Hemos llegado casi al final de nuestra vida y lo poco o mucho que nos queda no lo podemos disfrutar, simplemente lo sufrimos.
Por último, les cuento que 360 familias del complejo habitacional AMSI, después de haber pagado hasta el último peso por nuestro departamento, fuimos invitados por el interventor del INAM, dependiente del Ministerio de Acción Social, actual INAES, a aceptar nuestra escritura con embargo preventivo de $ 1.027 en 1994.
Y hoy pesa en el registro de la propiedad y en nuestra escritura un embargo de $ 5.000.000 que de hacerse efectivo nos dejaría en la calle, porque jamás lograríamos pagar con nuestro sueldo semejante deuda. Nuestra voz se pierde en el infinito. Pedimos la intervención del ministerio, nos derivaron al INAES y allí nadie se hace cargo.
No tenemos la fuerza de otrora, pero nos llevaremos el recuerdo de que cuando pudimos hicimos todo para el crecimiento del país. Y esto lo digo con orgullo, naturalmente. Lástima que ahora, en la repartija, no nos tuvieron en cuenta. Lo digo con pena.
Elba del Valle Di Santi

Voces, reclamos y esperas de jubilados

Soy docente y tengo 67 años, inicié mis trámites de jubilación hace casi 4 años. Primero pasé por diferentes etapas en la provincia de Buenos Aires y en enero de este año el legajo entró en la ANSeS, UDAI Lanús, localidad donde vivo.

Luego fue enviado a la UDAI Mar del Plata, y ahora sólo puedo consultar en línea. Necesito con urgencia que el trámite se termine porque mi hija de 28 años, sufre un linfoma de Hodgkin con muchas complicaciones y debo ocuparme de ella.

Las licencias médicas son muy limitadas y me enfrento con serias dificultades para poder cumplir con mis tareas.

Espero que alguien de la ANSeS lea esta carta y me pueda ayudar. No pido nada descabellado. Mi DNI es el 4.958.527.

Cristina Recalt

En Argentina hay aproximadamente 6,5 millones de jubilados, y el 75% de ellos están cobrando la jubilación mínima, cuando antes del año 2000, los que cobraban la mínima, eran el 15% del total.

Pues bien, ahora, en el 2012, hay cerca de 600 mil demandas de jubilados que quieren ser respetados en los derechos garantizados por la Constitución Nacional. Y mientras tanto la ANSeS perjudica a la Argentina, pues se demora en cumplir con varias sentencias de la Justicia.

En fin, las autoridades que han estado en la ANSeS en estos últimos 12 años no han cumplido como corresponde, y es muy perjudicial que la Justicia haya tenido que utilizar sus recursos para algo tan básico por realizar: mantener una razonable proporción entre los ingresos de un trabajador y un jubilado.

Hay personas que aportaron, y si hay demandas legales más urgentes e importantes que otras, la sabiduría debe prevalecer.

Javier Rodríguez

Quiero agradecer la publicación de la carta sobre el tema del despojo de los $ 45 de la asistencia del PAMI en el beneficio de su haber mensual, que cobraba mi madre, Ana Rosa Tarantino.

Tuvo repercusión en mucha gente mayor que le pasó lo mismo y me lo han comentado. Una vecina se acercó y me dijo que con esos $ 45 pagaba el gas. Todo es muy lamentable, pues hay ancianos que no se pueden expresar como lo hice yo por mi madre, pues están solos, o los hijos no se ocupan de ellos.

Otras vez muchas gracias por darnos un espacio y ocuparse de quienes escribimos contando nuestros problemas.

Graciela Graiño

Perón dijo en 1973 que “el sistema jubilatorio estatal es una estafa”.

La Corte Suprema exigió al Gobierno una ley fijando el aumento de las jubilaciones para evitar las demandas que colapsaban los tribunales. Por ley, el Gobierno estableció un ajuste compensatorio de la inflación, que lo calcula con sus propios índices, incumpliendo el espíritu de la Constitución. Hay una nueva avalancha de demandas judiciales.

Jubilados y pensionados con la jubilación mínima viven en la indigencia y podría decirse que con los ajustes se les tira un hueso para que se entretengan.

La política del Gobierno en las causas judiciales es apelar sistemáticamente. Con eso demora años las sentencias, y cuando éstas se encuentran firmes se inicia el trámite de cobro, que requiere también años de burocracia.

En la estatización de las jubilaciones privadas, violando el derecho de propiedad de la Constitución, los fondos debían destinarse a jubilados. La información periodística es que se usan para pagar subsidios y préstamos al Gobierno a tasas inferiores a la inflación. Las irregularidades son lo normal. La conclusión es que Perón tenía razón: es una verdadera estafa. El sistema debe modificarse.

Marcelo Castro Corbat

Agradezco a los afiliados de mi querido PAMI, al que me debo por ser quien me da trabajo, que día tras día me llaman, escriben y me muestran su afecto y cariño por mi paso como jefe de Agencia 10 UGL VI. A ellos y por ellos me pongo a disposición para ayudar a gestionar ante las autoridades correspondientes el trámite que necesiten, hoy como trabajador raso. A través de esta página quisiera dar las g racias infinitas y ponerme a disposición de ustedes, siempre mis queridos y recordados afiliados.

Favio Pierini