POR ISMAEL BERMÚDEZ – Clarin
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16/08/13
El sistema previsional se financia con aportes y contribuciones de los trabajadores y empleadores sobre los salarios, con distintos impuestos y el 15% de la coparticipación federal. A partir de esta realidad, el Gobierno y sectores afines sostienen que es lícito y correcto que la ANSeS se haga cargo del pago de beneficios y gastos que van más allá de lo contributivo y lo previsional. Los argumentos son que “el sistema se financia con impuestos que paga la población en general y que al ser un “sistema de reparto” los haberes jubilatorios dependen de lo que haya para repartir”.
Con esto se oculta que esos impuestos y el 15% se establecieron en los 90, por iniciativa de Domingo Cavallo, para cubrir el enorme bache que adrede se infringió al sistema previsional por la reducción de las contribuciones patronales (del 33% al 20% promedio), la pérdida de los aportes por el surgimiento de la AFJP y la absorción de los déficits de las Cajas transferidas y no transferidas. También se le ordenó a la ANSeS cubrir los déficits de las Cajas de las FF.AA., Fuerzas de Seguridad y otros sistemas específicos.
Por eso los impuestos que recibe la ANSeS son una mera compensación por ingresos que se le sustrajeron y gastos que se le agregaron que, con excepción de las AFJP a partir de fines de 2008, se mantienen -con algunos cambios como la reducción de las contribuciones patronales- y se fueron profundizando. ANSeS paga pensiones no contributivas y la Asignación por Hijo que son de Desarrollo Social, el programa de computadoras que debería cubrir Educación, los déficits de las Cajas de las Fuerzas de Seguridad propios de Defensa y planes de empleo que corresponden a Trabajo.
A todo esto se agrega que la ANSeS se hizo cargo de esos déficits no propios y mayores gastos no por contar con excedentes sino a través del mecanismo de no cumplir con las leyes previsionales, tal como lo ratificaron los diversos fallos de la Corte Suprema. Y de vetar la ley del 82% y de reajustes de los haberes según la doctrina de la Corte.
Por eso acumula más de 600.000 juicios. Finalmente, el sistema previsional argentino no es “de reparto” sino de prestaciones definidas.
Quien se jubila tiene derecho a cobrar no lo que queda para repartir sino una proporción del sueldo de acuerdo a los años aportados, actualizados por la evolución de los salarios, ecuación que tampoco se cumple y que lleva a más juicios.
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