Sólo vemos lo que está frente a nuestras narices y nada más.
Las personas no solamente desaparecen cuando fallecen.
Ahí, el cuerpo y el alma son los que se van.
Pero en otros casos, solamente se va uno... ¿o no? Lentamente, y sin darnos cuenta, gente que conocemos se van de la realidad en forma pausada.
Ni se dan cuenta ya que la vida es...
¿piadosa?
De pronto, un día notamos que algo no está funcionando bien.
Comienzan los olvidos y luego las ausencias se van haciendo más seguidas. Llega el momento en que ya no distinguen entre el bien y el mal y comienzan a lastimar a quienes los rodean.
En un momento, están como siempre y parecen participar, pero luego muestran un vacío total.
Pasan a ser muertos en vida.
Sólo su cuerpo está presente y es cuándo los allegados comienzan a sentir lo que pesa una persona en esas condiciones.
No importa lo que han dado de su vida por los demás, ya molestan.
Entonces se busca un geriátrico que se haga cargo, pero con la jubilación que recibe del Estado, no le cubre ni la mitad del mínimo de algo decente.
Y sigue siendo una carga.
Al llegar el final, los que quedan descansan.
¿No es algo cruel?
Por lo menos si no se hubieran gastado los fondos de la ANSES, se podría darles una vida más placentera.
Es una crueldad.
Dedicado a mi amigo M. E. Bogiano. Juan Bell
mailto:Bellbelljuanroberto@yahoo.com.ar
Fuenta Cartas al pais de Clarin del 06/03/10
1 comentario:
Van a seguir sacando nuestro dinero, como siempre. Y no se preocupan ni les interesan nustras vidas y muertes
Danilo Raquettare de Don Torcuato
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