lunes, 18 de agosto de 2014

La caja de los jubilados sigue sangrando

DEL EDITOR AL LECTOR

Según registros de la Defensoría de la Tercera de Edad del Gobierno porteño, son cada vez más los jubilados que deben salir a trabajar en su período de retiro. Pueden influir cuestiones múltiples, como la necesidad de sentirse útiles y valorados, pero la razón central es económica.

El organismo de la Ciudad dice que la mayoría de los pasivos que deciden continuar en actividad cobra el haber mínimo, que a partir del 1° de septiembre pasará a ser de $ 3.261,33. Una suma que no cubrepresupuestos básicos de alimentación, salud y viviend a. Ya en el mes de mayo, en la Ciudad la canasta básica de un jubilado estaba en $ 5.677. El camino de la búsqueda laboral en edad jubilatoria no es fácil.

Algunos se las arreglan con microemprendimientos (artesanías, limpieza, cocina), otros hacen valer su capacidad en los oficios (plomeros, electricistas, gasistas), pero la mayoría se resigna a tareas de baja calificación y magra paga, con tal de sumar unos pesos a su desflecado haber.

Aun con esta realidad, la Casa Rosada mantiene su relato “inclusivo” y acaba de anunciar una nueva moratoria previsional. Cabe aclararlo, la medida es bienvenida porque elevará prácticamente al 100% el sistema de cobertura de las jubilaciones y pensiones. Motivo más que suficiente para edulcorar con más contenido exitista la ya abundante propaganda oficial. Lo que no resuelve la medida, cuyo costo el ministro de Economía evaluó en $ 12.000 millones anuales, es la sustentabilidad global del sistema, ya que los fondos no salen de Tesorería, ni de una reasignación de partidas presupuestarias (gastos políticos, por ejemplo), como debería ser, sino que son absorbidos por la propia ANSeS.

Es plata de otros jubilados.

Todos tienen derecho a la jubilación en un mundo en el que, según la Organización Mundial de la Salud, en apenas tres años más por primera vez los mayores de 65 años serán más que los menores de 5. La población envejece y se torna, además de un problema demográfico, un desafío político y una cuestión de equidad. Sacarle a un pobre para darle a otro, suma inexorablemente dos pobres.

Esa es la verdadera política previsional del kirchnerismo. El achatamiento de la pirámide previsional es notoria: 62% de los jubilados cobra hoy la mínima. Eso explica bastante que deban seguir trabajando.

Finalmente, un dato y una pregunta sobre cómo se conduce el Gobierno en materia previsional. El dato: según consultoras privadas, la inflación anual de 2013 rozó el 40% y se espera que en 2014 supere ese techo. Si se toman en cuenta los dos aumentos de este año, las jubilaciones crecieron 30,7%. Cuenta fácil: en un año perdieron 10 puntos con relación a la inflación. La pregunta: ¿el kirchnerismo intentó destituir en el Consejo de la Magistratura a los jueces Emilio Fernández y Luis Herrero, de la Cámara de la Seguridad Social, por sus fallos a favor de los jubilados en juicios contra la ANSeS?

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