sábado, 30 de agosto de 2014

“Mi abuelo fue discriminado por el banco”

 

“Mi abuelo fue discriminado por el banco”

“Mi abuelo fue discriminado por el banco”

Ya pasaron casi tres meses desde que a mi abuelo le tocó vivir una situación incómoda y bochornosa. Tiene 83 años y ha sido discriminado por su discapacidad por el banco ICBC. El 9 de junio a las 14.30 concurrió a la sucursal de Avenida Corrientes 5380 para hacer un trámite personal. Al ser discapacitado y de tercera edad, se moviliza en silla de ruedas con la ayuda de un cuidador.

Al ingresar, la empleada le dijo que no funcionaba el ascensor -las cajas están en el primer piso- y por ende, debía subir las escaleras, argumentando también que las cajeras no podían bajar por seguridad.

Yo me pregunto ¿a qué seguridad se refería? Ya que subir y bajar una persona en silla de ruedas un piso por escalera tampoco lo es.

Obligado por la necesidad de cobrar el cheque para pagar servicios médicos, lo subieron y lo bajaron con la silla de ruedas mientras todos observaban sin que nadie del banco moviese un dedo.

A partir de este episodio que lo afectó psicológicamente, mi abuelito no quiere salir más a la calle. Hemos informado de la situación vía redes sociales y también por e-mails. Primero obtuvimos respuestas automáticas, luego recibimos llamados de funcionarios del banco instándonos a seguir la comunicación por un canal directo con el banco, y accedimos a tener dos reuniones en la sucursal. Participaron siete funcionarios del banco e intentaron instalar la idea de que el culpable de haber subido a mi abuelito por las escaleras fue su cuidador. Lo más grave fue que en la última reunión preguntaron ¿qué tiene de discriminación lo sucedido?

Esperábamos que el banco ofreciera disculpas públicas y no entre cuatro paredes y ahora resulta que intentan transformar a las víctimas en victimarios.

Las personas con discapacidad tienen los mismos derechos que aquellas que no las tienen. No deben ser discriminadas ni avergonzadas exigiéndole cosas que no pueden realizar.

Si queremos crecer como sociedad tenemos que crear conciencia para que estos actos de discriminación no vuelvan a repetirse.

Celeste Menajovsky
celestemena@gmail.com

Voces, reclamos y esperas de jubilados
Doctor Luciano Di Césare, titular del PAMI, tengo a mi madre con un enfisema o EPOC severo. Y hace un mes que, por intermedio de la UDAI de Caseros, tramité la entrega de una mochila de oxígeno con los accesorios correspondientes.

La empresa que debe brindarle el servicio es Praxair. A las 48 horas de haber presentado la solicitud se comunicaron conmigo para corroborar los datos del domicilio. Esto fue el 21 de julio. Estoy cansada de llamar a la empresa y escuchar como respuesta que aún no está designada la fecha de entrega. Mi madre se ahoga, señor Di Césare. No conozco su doctorado, pero si es en medicina debe saber cómo es esta enfermedad, sino lo invito a mi domicilio a que pase con nosotros 24 horas y la vea sufrir. No disponemos de dinero como para alquilar un equipo. Ayer efectué un recurso de amparo, dígame que más debo hacer.

Graciela Díaz
Dgra

En 2007 me jubilé como maestra primaria en la provincia de Buenos Aires y continué trabajando en la Escuela N°2 de Hurlingham como preceptora, desde mayo de 1986.

En 1994 se agravó mi cuadro de obesidad y me descubrieron diabetes e hipertensión: de allí avanza la disminución de la agudeza visual, insuficiencia cardíaca, neuropatía diabética, retinopatía, etc.

En 2012, la Junta Médica me otorgó una licencia por enfermedad crónica con goce de sueldo hasta tanto me dieran el acrecentamiento que me corresponde, por el segundo cargo a mi jubilación. Tengo 71 años y sigo esperando que me den lo que me corresponde, para lo cual aporté durante 28 años. Pero no sólo nunca llegó este acrecentamiento, sino que además levantaron mi licencia. Por lo tanto debí retomar mi tarea. Creo que después de 40 años de carrera docente y con 71 años, merezco tener los beneficios ya logrados y que nunca llegaron.

Allaria Haidee
Haideehaideejust@live.com.ar

Hace aproximadamente 24 años que mi padre, Miguel Carlos Trade, se jubiló como jefe de correos y telegrafista profesional. Desde entonces le están pagando menos de la mitad de su sueldo, menos que a los chicos carteros a los que él les enseño el sistema Morse.

Se encuentra cansado ya de hacer reclamos, agotado a sus 80 años y con un serio deterioro coronario debido a desempeñar su trabajo en zonas chagásicas, de Lavalle y otras localidades de Mendoza, donde la oficina de correos era una casilla precaria sin las mínimas comodidades. Zonas en las que no quedaban aisladas sólo gracias al telégrafo.

Cuando un alud destruyó el lujoso Hotel de Puente del Inca, él pidió auxilio a Polvareda cuando nos daban a todos por muertos. Ahí salió el “jefecito”, cómo le decían, junto con Gendarmería al rescate. Desde que se jubiló con retiro voluntario, vive con un mísero sueldo mal liquidado de aproximadamente $ 3.200, cuando en verdad le correspondería estar cobrando más del doble.

Se merece que le paguen lo que se ganó trabajando y aportando religiosamente. Y esto debe ser ahora, en vida. No es justo que lo hagan esperar más.

Graciela E. Trade
tachelita@gmail.com

¡Cómo no me di cuenta antes! Pensar que lo tenía frente a las narices, y no me daba cuenta. Analizamos que hay ciertas tareas que son consideradas esenciales y por lo tanto, no pueden ser interrumpidas. Dentro de esas, están la provisión de luz, fuerza motriz, agua, transporte público y privado, seguridad, sanidad y Fuerzas Armadas. Ahora se incorporó, lo bancario por medio de los cajeros automáticos.

Según los criterios de “si no estás conmigo, estás en contra mío”, toda otra actividad que no esté entre las mencionadas, se pueden interrumpir y tener horarios acortados. Entonces la Justicia, está dentro de esta categoría, lo mismo que la ANSeS, (jubilados). Cuando nos enteramos de los millones de expedientes que tiene “detenidos” la Justicia preguntamos: ¿por qué no se incorpora otro turno de 14 a 22? Los resolverían en menos tiempo.

Juan Roberto Bell
juanrobeertobell@yahoo.com.ar

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