“La demora en la atención médica hace la diferencia entre la vida y la muerte”
LAS OTRAS CARTAS: Voces, reclamos y esperas de jubilados
Mi papá, de 90 años y afiliado al PAMI, fue internado el 19 de marzo en el Hospital de Emergencias “Doctor Federico Abete”, de Pablo Nogués, partido de Malvinas Argentinas, como consecuencia de una caída que le provocó la fractura de su cadera. Con anterioridad a su internación mi padre se encontraba lúcido, en perfecto estado clínico, se desplazaba con absoluta autonomía y se alimentaba correctamente.
A poco de su internación comprobamos la falta de personal médico en fines de semana y días feriados. Desde el domingo 20 comencé a advertir que mi padre se encontraba sedado, pese a que las enfermeras nos aseguraron que ellas no lo habían hecho. Al otro día ya se encontraba permanentemente dormido, sin posibilidad de que lo alimentemos en el horario de visita, y sin que el hospital le esté dando algún suplemento para cubrir tal déficit nutricional. Al momento de escribir estas líneas, tomamos conocimiento de que se encontraba anémico, cuando a su ingreso no lo estaba. A ello cabe agregar que no había una fecha programada de cirugía. En el hospital afirman que dependen de los insumos del PAMI y de que haya lugar en el quirófano. De hecho hay pacientes en camas contiguas que esperan su intervención desde hace un mes. Esta prolongada internación ha provocado un agravamiento de la salud de mi padre, que es responsabilidad de la desidia del nosocomio y del PAMI a los que poco les importa los derechos de una persona de tan avanzada edad.Es imprescindible que tanto el PAMI como el hospital den una pronta solución a los problemas de salud de nuestros mayores, quienes se encuentran indefensos y para quienes cada día en la demora de su atención hace la diferencia entre la vida y la muerte.
Jorge A. Marcos
jrgmarcos@yahoo.com.ar
Voces, reclamos y esperas de jubilados
El Instituto Centenario dejó de atender a afiliados al PAMI por falta de pago. Ya me ha pasado otras veces con otros institutos en que me quise atender. Sé que por herencia tienen muchas cuentas sin pagar, pero por una vez acuérdense que los jubilados existimos. En mi caso, además, soy discapacitado y tenemos que luchar contra la burocracia y la falta de profesionales en las agencias del PAMI.
Agradezco a todos los empleados que tratan de paliar nuestras desgracias. A las autoridades les pido que por una vez se acuerden que todavía vivimos y que si tienen dudas le pregunten a los mismos que nos atienden, quienes les pueden informar como mejorar el sistema y sin gastar más.
Carlos M. Salvador
cm-salvador@hotmail.com
Una medida por demás justa, reclamada insistentemente, que no afectaría las cuentas fiscales, pero que sí aliviaría de inmediato el bolsillo de los jubilados de todas las capas sociales, sería la de permitirles derivar los descuentos que se les practican para el PAMI o para la obra social alternativamente elegida, como actualmente se hace respecto de algunas selectivamente autorizadas, a cualquiera de las empresas privadas que prestan servicios de salud, cuyo costo actual -que soporta el jubilado- quedaría sensiblemente reducido.
Sólo se requiere para ello voluntad política y valentía para sostenerlo ante los dirigentes sindicales de las distintas obras sociales que, con el régimen actual, se ven beneficiadas injustamente al lograr suculentos ingresos sin otorgar contraprestación alguna, ya que la mayoría del servicio de salud para el retirado y su familia lo brindan las entidades de medicina prepaga escogidas oportunamente por ellos en sus vidas laborales activas. Y, una vez retirados, se abstienen de renunciar a ellas para evitar someterse a las limitaciones, carencias o ineficiencias del PAMI o de la mayoría de las obras sociales sindicales existentes.
Doctor Jorge R. Castorina
jcastorina@fibertel.com.ar
Es increíble e injusto lo que me hacen a esta altura de mi vida y luego de tantos años de aportes. La ANSeS, al liquidarme la retroactividad por un juicio que gané, me descontó Ganancias por $ 109.365,95 de los $ 144.869,76 que debía cobrar. Es decir que se quedaron con el 75%.
Como si esto fuera poco me descontó $ 14.905,03 (25%) sobre los $ 60.718,60 de intereses que me correspondían. Si alguien me lo puede explicar por favor que lo haga.
Luis E. Pees Labory
luispees@gmail.com
Contemplo asombrado el arduo debate de nuestros políticos respecto al pago de la deuda con los “buitres” o “holdouts”, advirtiendo que mayoritariamente se coincide en que debe pagarse a los acreedores, ponderándose que las acreencias se retrotraen a una mora de casi quince años. Estoy de acuerdo con ello, aún cuando soy parte de los “argentine jubidouts”, con sentencia firme que data de 23 años atrás similar al de decenas de miles de ancianos con pronunciamientos favorables incumplidos pese a las promesas electorales de pago hechas por oficialistas y opositores, que ahora empeñosamente procuran cumplir con los “buitres-holdouts”, para no continuar sumiendo a la República en la ignominia del “default”.
Nosotros no estamos “defaulteados” sino estafados, pues constantemente se emplean fondos de ANSeS para saldar deudas ajenas a los jubilados.
Ricardo P. M. Forgione
rpm@forgione.com.ar
Estoy atravesando una enorme amargura por estar enfermo y no poder contar con la nueva jubilación, que tiene sentencia firme y que, según mi abogada, desde 2012 es un tema ya definido por la jueza federal Adriana Lucas.
Ya no están los corruptos más grandes que nos gobernaron durante la “década perdida”. Se han dejado muchos lugares para corregir, pero como el de los jubilados ninguno. Estamos sometidos a la tortura de tener que esperar y esperar, pero además de sufrir. A mis 72 años no puedo seguir aguardando.
Héctor Ríos
hector27144@outlook.com
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