sábado, 3 de enero de 2009

Mi mamá, una presa del PAMI

El 15 de noviembre, mi madre, de 82 años, tuvo un accidente de tránsito en la provincia de Córdoba.
A pedido de mi padre, a los tres días fue trasladada a la Clínica Alcorta de Haedo, pensando que allí recibiría la atención adecuada.
Desde entonces se encuentra internada, presa de la burocracia del PAMI y de la falta de coordinación con sus prestadores –-la clínica, la ortopedia que debe proveer la prótesis y el neurocirujano que la debe intervenir–-, que imponen infinidad de excusas para dilatar la intervención quirúrgica que, según nos informaron oportunamente, había que hacer con la mayor prontitud posible.
Hace más de un mes que mi madre permanece acostada boca arriba, con un cuello ortopédico y sin posibilidad de cambiar de posición, dado que la naturaleza de su traumatismo podría agravar aún más su estado.
Ya perdió movilidad en ambos brazos.
En este lapso podemos dar fe que lo único que recibió fue la contención a título personal de algún que otro integrante de la clínica y un servicio sanatorial absolutamente degradado.
Nuestros reclamos sólo tuvieron como respuesta "injustificables justificaciones".
Todos le echan la culpa al otro, pero en el medio está el paciente, cuyo estado de salud se va deteriorando a la vista de todos, sin que se resuelva el problema.
¿Qué esperan para operarla?
¿Alguien se beneficia con el deterioro del paciente cuyo posoperatorio seguramente va a ser más complejo y costoso?
Daniel Victorelli.
drvictor17@hotmail.com
Fuente: http://www.clarin.com/suplementos/cartas/2009/01/03/CartasAlPais.htm#1751260

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