Somos 250 jubilados de la ex Municipalidad de Buenos Aires que vivimos en la Costa Atlántica, de San Clemente a Nueva Atlantis.
Desde hace años tenemos cortadas las prestaciones médicas porque la obra social no abona a los sanatorios y clínicas de la zona.
Y nos mandan a atendernos en sanatorios de Mar del Plata, que queda a casi 50 kilómetros.
Si el paciente está bien, sólo tendrá que pagar un pasaje de $ 50, pero si está muy mal
o sufrió un infarto, es probable que muera en el camino.
Hemos presentado recursos de amparo que el señor Macri aceptó al intervenir la obra social.
El Gobierno de la Ciudad dio su conformidad, pero el amparo se rechazó ya tres veces.
En mi familia hay cardíacos, diabéticos, y jubilados por invalidez. Hay una enorme cantidad de enfermos imposibilitados de moverse que no reciben atención, ni medicación.
En la última campaña, el doctor Ginés González García donó nueve ambulancias de última generación.
Cuando llegaron, una quedó en el camino y las restantes fueron despojadas del equipo para intercomunicarse con las bases, y fueron vendidos en negocios costeros.
La salud en la Costa es deplorable: no hay médicos, no hay elementos y no hay tomógrafos. Sólo se hace asistencialismo y casi no llega el Plan Remediar.
Martín Aguirre/Norma y Carlos Touriñan
susana-norma@hotmail.com
Desde hace años tenemos cortadas las prestaciones médicas porque la obra social no abona a los sanatorios y clínicas de la zona.
Y nos mandan a atendernos en sanatorios de Mar del Plata, que queda a casi 50 kilómetros.
Si el paciente está bien, sólo tendrá que pagar un pasaje de $ 50, pero si está muy mal
o sufrió un infarto, es probable que muera en el camino.Hemos presentado recursos de amparo que el señor Macri aceptó al intervenir la obra social.
El Gobierno de la Ciudad dio su conformidad, pero el amparo se rechazó ya tres veces.
En mi familia hay cardíacos, diabéticos, y jubilados por invalidez. Hay una enorme cantidad de enfermos imposibilitados de moverse que no reciben atención, ni medicación.
En la última campaña, el doctor Ginés González García donó nueve ambulancias de última generación.
Cuando llegaron, una quedó en el camino y las restantes fueron despojadas del equipo para intercomunicarse con las bases, y fueron vendidos en negocios costeros.
La salud en la Costa es deplorable: no hay médicos, no hay elementos y no hay tomógrafos. Sólo se hace asistencialismo y casi no llega el Plan Remediar.
Martín Aguirre/Norma y Carlos Touriñan
susana-norma@hotmail.com
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