Cartas al país
“Los poquitos momentos de felicidad de María fueron gracias al PAMI y su gente”
Agradecemos profundamente por todos los años de contención brindados a mi prima María de la Concepción Beccacece (persona con patología cerebral severa y crónica, totalmente dependiente desde su adolescencia) quien fuera incorporada generosamente al PAMI tras la muerte de su padre, hace años. Ella falleció hace unos días.
Ya siendo estrictamente necesario fue alojada en la residencia “Las Martas”, en Alfredo Bufano 2154, con Claudia, Darío y Adriana al frente en la cual recibió lo más ponderable: amor en sobredosis.
Recíprocamente, por su bondad y luminosidad, ella dejó su huella imborrable. En la última etapa, con un cruel ACV a cuestas, sumado a la costosa medicación que le suministraba desde hacía años, el PAMI proveyó todos los especialistas solicitados, traslados, internaciones, cama ortopédica, colchón antiescaras, silla de ruedas, en fin, algo ni siquiera fácil de enumerar.
No quiero olvidar la calidez y capacidad de los doctores Lara y Larcher, la sensibilidad y eficiencia de los empleados Cecilia Lettieri y Claudio Cimini del PAMI 7 y a todas las personas que la atendieron, preocupadas siempre por su calidad de vida y por darnos un fuerte apoyo a “los muy pocos de siempre” que estuvimos cerca, acompañándola.
Es correcto exigir que no se vulneren nuestros derechos y pidamos recibir la atención que merecemos, pero en casos como éste es una noble obligación dar las eternas gracias, porque María a lo largo de su vida tuvo poquitos momentos de felicidad y, la gran mayoría, merced a la tutela del PAMI y su gente.
Jorge Labanca acnabal@hotmail.com
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