lunes, 15 de febrero de 2010

"El sabor amargo de la injusticia"

Indigna, duele, enoja, entristece, enterarte una vez más del maltrato a las personas mayores.
En este caso le tocó a mi padre, quien como tantos otros, trabajó incansablemente desde muy joven, hasta jubilarse, y siguió haciéndolo aún después con las mismas ganas y responsabilidad.
Estaba "empleado" en un importante corralón de materiales de Paso del Rey, tomaba religiosamente tren y colectivo para ser el primero cada mañana, atendía la caja con dedicación y esmero.
Se enfermó, faltó por primera vez en siete años y le dijeron adiós, sin siquiera decírselo, sin agradecer los servicios prestados, sin saludos de fin de año.
Por suerte su salud mejora día a día.
El sabor amargo de la injusticia, no.
Claudia Salminis
clausalmi@hotmail.com
Cartas al Pais, Clarin 16 de Enero de 2010

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