Por Matías Rossi
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21/04/12 - 00:18 - Clarin
Vemos en las paredes de la Ciudad un aviso de la ANSeS y la Presidencia de la Nación informando que por la “movilidad jubilatoria, desde 2003, las jubilaciones de nuestros abuelos aumentaron un 1.025%”. ¡Mientras, la foto de una abuela nos sonríe feliz! ¡Mentira! Una mentira más. Mi madre, con una jubilación mínima cobró, menos el descuento, en mayo de 2003, antes de la asunción de Néstor Kirchner, $ 220, mientras que en marzo de este año con la última actualización cobró $ 1.687. El aumento entre ambos recibos es de 667% exactamente y no la falacia que se afirma en el cartel.
Es igual para todos los beneficiarios de jubilación mínima y este aumento ha sido aún mucho menor para aquellos jubilados que en 2003 cobraban un poco más, porque este Gobierno, con su nivelación para abajo, ni siquiera ha concedido a estos “abuelos”, como los llama, el mismo exiguo reconocimiento.
Pero esto no es lo peor, si es que hay algo peor que la Presidencia mienta a los ciudadanos. Resulta que comparando los precios de 2003 con los mismos productos y supermercados de hoy vemos que, por citar algunos ejemplos, por kilo la papa blanca aumentó de $ 0,45 a $ 3,99 (787%), el bife angosto de $ 4,59 a $ 41,69 (808%), la yerba de $ 1,59 a $ 13.15. Es decir un aumento del 727%.
Precios que seguirán aumentando de aquí a la próxima actualización de las jubilaciones en septiembre. Estas cifras nos dicen claramente que desde que gobierna la familia Kirchner, a nuestros abuelos les cuesta bastante más hacer un churrasquito con puré y cebar unos mates.
Y no hablemos de los remedios ni del 82% que todos merecen por ley y que muchos, por su avanzada edad, no llegarán a recibir mientras el Estado mire para otro lado. Nos mienten con las cifras y nos pintan una realidad falsa. Así que, por favor, retiren esa propaganda, o pongan una foto de abuelos enojados con los números verdaderos y paguen a nuestros queridos mayores lo que merecen.
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