Por Julieta Roffo . Clarin
06/07/12 - 11:38
Un toquecito. Una refrescadita. Un tratamiento o cirugía que implique, sobre todo, rejuvenecer. Ese es el objetivo con el que mujeres y también algunos hombres de más de 70 años se acercan a los consultorios de médicos especialistas en cirugía plástica y estética. Allí consultan especialmente sobre cómo mejorar sus párpados, las arrugas de la cara o la piel sobrante en su cuello. El médico Ricardo Losardo, presidente de la Sociedad de Cirugía Plástica de Buenos Aires (SCPBA), aventura una explicación para esas preocupaciones específicas: "Las personas que hoy tienen setenta años o más crecieron con valores de sociedad e incluso de estética distintos a los actuales; antes la chica linda era aquella que tenía una linda carita, y de un tiempo a esta parte el valor de belleza está más en el cuerpo, en los pechos, la cola", sostiene.
Para Losardo esos "valores estéticos" explican que, en su experiencia personal, sea muy bajo el porcentaje de hombres de esa edad que se acercan a consultar: "Antes, el hombre feo era el hombre hermoso; los hombres que ahora tienen cuarenta o cincuenta años sí se cuidan de otra manera, cuidan su aspecto, pero los que hoy están en la tercera edad no están pendientes de eso", sostiene.
En el consultorio del médico cirujano plástico Enrique Gagliardi, los pacientes de más de setenta años no superan el 10 por ciento de los que se acercan. Sin embargo, el especialista sostiene: "En los últimos años se incrementó la asistencia de estos pacientes porque la vida se alarga y también mejoran las condiciones en las que la gente llega a esa edad, con nuevos desafíos, tal vez segundas nupcias, nuevas actividades".
Lo que ocurre en la sala de espera de Gagliardi se reproduce en varios lugares del mundo: según la Sociedad Americana de Cirugías Estéticas, en 2010 se llevaron a cabo más de 84 mil procedimientos a pacientes de más de 65 años. De ese total, más del 50 por ciento fueron operaciones faciales y de párpado. En la península ibérica, la Sociedad Española de Medicina Estética estableció que las mujeres de más de 80 años aumentaron en un 100 por ciento sus visitas a clínicas estéticas durante los últimos cinco años. En Argentina, explica Losardo, los organismos profesionales –el que él preside cuenta con 500 socios entre la Capital y el Gran Buenos Aires- no cuentan con estadísticas oficiales, por lo que cada profesional en cada consultorio se dan tendencias distintas.
En la clínica dirigida por la médica especializada en estética y cirugía plástica María Marta Rubatti, el público mayor de 70 años supera el 30 por ciento de las consultas globales. "Cada vez se animan más, antes no estaban abiertos a la opción de operarse, era algo tabú, pero se dieron cuenta de que si se hace bien el trabajo no quedarán como los casos extremos que ven por televisión", sostiene Rubatti. Tanto ella como Losardo explican que en pacientes de la tercera edad en muchos casos quirúrgicos se realiza un monitoreo cardíaco durante la operación, supervisado por un especialista además de estar presente el anestesiólogo. Gagliardi agrega que muchas veces el electrocardiograma simple de los estudios prequirúrgicos de estos pacientes se reemplaza por una ergometría, es decir, un electrocardiograma de esfuerzo.
Otros aspectos que pueden ser especialmente peligrosos, detalla Gagliardi, son la hipertensión arterial, porque puede producir hematomas complejos, un consumo de aspirinas mayor al promedio, porque inhibe la coagulación, y fumar demasiado, porque puede complicar la cicatrización. Para Rubatti también es importante que el hígado y el riñón no tengan alteraciones en su funcionamiento: "Son los órganos que sintetizan los anestésicos, por lo que deben funcionar bien", explica.
Los tres profesionales coinciden en señalar que, la mayoría de los pacientes de la tercera edad, que son en general mujeres, no se acercan por primera vez en esa instancia sino que se han tratado anteriormente: "Hay señoras que se atienden conmigo hace 25 ó 30 años y cuando llegan a esta edad pasan a estar más interesadas en el rostro que en el resto del cuerpo, que las preocupaba anteriormente", reflexiona Gagliardi. Para Losardo "es raro" que la primera consulta surja después de los setenta años.
Ante esas consultas y esas expectativas, los tratamientos son diversos: pueden implicar operaciones, como la blefaroplastia, que remueve el tejido excedente en los párpados, o un lifting para rejuvenecer las expresiones faciales. Pero también hay tratamientos que no implican pasar por el quirófano: el relleno de arrugas con botox o con ácido hialurónico está entre los más populares; también se hace mesoterapia para que la piel se nutra, así como pulidos o incluso, con la sangre del mismo paciente, se aplica el plasma rico en plaquetas.
Este año, la Organización Mundial de la Salud dedicó el Día Mundial de la Salud al "envejecimiento saludable": para muchos, la estética forma parte de estar bien.
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