Sorprende la crueldad que anima a las autoridades de la ANSEeS
y a quien desde  las sombras e ignorando las sentencias e intimaciones de la Suprema Corte,  decide cuáles jubilados habrán de percibir en vida la actualización de sus  haberes y el retroactivo correspondiente. Los reclamos se multiplican, el tiempo  de resolución de las demandas es un calvario y nadie considera que un jubilado  de más de ochenta años está viviendo los últimos de su vida, sufriendo el  maltrato de una espera cuyos términos responden a la voluntad de las autoridades  y no a los que expresamente fija la ley. Hasta cuando se habrá de prolongar la  pesadilla que vive la clase pasiva, al ser víctima de una crueldad que excede  los límites de la naturaleza humana, viola sus derechos esenciales y denota una  insensibilidad muy alejada de la tan pregonada y mentirosa defensa de los  derechos humanos.
Víctor La Pietra
lapietrav-@hotmail.com
Clarin 3 de Julio de 2010
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