Acerca de una versión bizarra de la caridad
13/01/11 - Clarin
Gabriel Demarco
Cartas de lectores
En las primeras épocas del primer gobierno peronista las damas de caridad de la alta sociedad eran las encargadas de recolectar y dar las dádivas a los pobres; eso fue modificado cuando Eva Perón reemplazó la caridad por trabajo, dignidad y derechos adquiridos, lo que disgustó a las damas de la oligarquía que veían a los pobres igualados a los ciudadanos de primera clase.
Hoy nos encontramos con un Gobierno que, emulando a las damas de caridad de aquella época, pero en una versión bizarra, mantiene el sistema de las limosnas, léase planes sociales en vez de devolverles la categoría de ciudadanos a aquellos que quedaron fuera del sistema
Devolverles la dignidad parece no convenirle a este Gobierno porque de esa manera perderían el poder de la dádiva y tener a un grupo de gente a su servicio y en una peligrosa dependencia.
El último ejemplo fue el rechazo al 82% móvil de las jubilaciones aún contando con los fondos, pero es más importante la demagogia de otorgar las indignas dádivas de fin de año.
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