“Duele verlos mendigando atención”

14/01/11 - Clarin-Cartas al país

Por Mirta Rivero mirta_

Tengo en mi vida familiar (somos 12 entre hijos, yernos y nietos) dos personas especiales que viven con nosotros: mi madre de 84 años y mi suegra de 85.
Las dos pensionadas, cobro mínimo, obra social PAMI, Programa de Atención Médica Integral o “Por una Argentina con Mayores Integrados”.
Si la denominación es la última, no lo están logrando porque el resultado es mayores desintegrados.
No hace falta leer los diarios o ver noticieros para conocer cómo es el servicio de PAMI. Es simplemente vivirlo. Solicitar turnos que no responden a una necesidad inmediata y... los ancianos la tienen.
Reclamar turnos para estudios o médicos especialistas también tiene su larga lista de espera.
Sin hablar de otras numerosas fallas en la atención dada a los mayores.
Estas personas han dado lo mejor de sus vidas: la juventud en el esfuerzo del trabajo, en una labor que en la mayoría de los casos fue sacrificada y sufrida.
Duele verlos casi mendigando por una atención que constituye una obligación y expuestos al humor de cada día de un empleado, el que varía según avanzan las horas de trabajo.
Postergados, descartados y como si fuera poco: despojados.
No hay aumentos porque la ANSeS y el PAMI con sus “excedentes”, ganancias o superávit alimentan el descontrol de un Gobierno que sólo premia a la desocupación y a la incultura del trabajo.
He visto a mi padre y a mi suegro, primero sufrir por la devaluación constante de los aportes hechos y ahora veo a sus viudas transitar más caminos de humillación y vergüenza.

Porque ellas no quieren caridad, quieren lo que les corresponde.

No quisieran depender de sus hijos pero aceptan porque sus necesidades no son abastecidas por quienes tienen la responsabilidad. Es nefasto todo y tan ingenuas las explicaciones que uno siente ser tratado de tonto.
No hace falta brillante lucidez mental para comprender qué están haciendo.
Siguen aplastando a una clase cuyas fuerzas debilitadas esperan el milagro de ser atendidos y entendidos.
Nuestros queridos viejos se preguntan ¿PA’MI o Pa’Ellos?