POR OSVALDO PEPE – Clarin
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03/12/12-Clarin
Las Cartas al País de Clarín son un termómetro bastante exacto sobre el impactoque algunos hechos producen en la sociedad. La Presidenta asoció el jueves al anochecer los juicios de los jubilados contra la ANSeS a las acciones de los fondos buitre y a la gestión delos caranchos . Desde entonces, las cartas de lectores no pararon de llegar a la redacción (Pág. 18 ). Una señal del rotundo enojociudadano.
Las comparaciones de Cristina rozaron la desmesura.
Como se sabe, los fondos buitre son en su gran mayoría inversores especulativos que buscan ganar dinero equivalente al riesgo que toman en la timba de los mercados.
Buitres simbólicos hubo siempre, acá y afuera. Sea con la toma de papeles de los Estados, sea con la compra de departamentos a particulares a precio vil bajo provecho de determinadas circunstancias.
El carancho es el abogado entrenado en demandas que busca sus clientes-víctimas en torno de un accidente o cualquier otra circunstancia que los acerque a la renta fácil. Impulsores de la llamada industria del juicio, tampoco se movilizan por principios o valores . Buitres y caranchos son aves de rapiña, que olfatean las muertes simbólicas y las reales para lucrar en su beneficio.
La Presidenta usó esa comparación infausta y se llevó el aplauso de sus asentidores profesionales, como si fuesen un coro de marmotas que salen de su estado de hibernación . La marmota es un roedor pequeño de las zonas montañosas de EE.UU. y Canadá, que hiberna en sus madrigueras durante el invierno y son fácilmente domesticables.
En base a esas características, en el habla popular hispana marmota es sinónimo de una persona “dormida” . Entre caranchos y buitres, las marmotas se asimilan a los aplaudidores presidenciales, que salen del sopor de la cadena nacional sólo cuando la Presidenta lanza una consigna que se supone de impacto. Entonces saltan como resortes, aplaudiendo, y asintiendo exageradamente con sus cabezas,como domesticados.
Imágenes que no podrán borrarse jamás de la historia cuando el relato haya dejado su turno a otro ciclo de la democracia.
La Presidenta defenestró el derecho de los jubilados a defender su dinero sin tener en cuenta que la enorme litigiosidad del sistema previsional se basa en la mala liquidación de los haberes y en el incumplimiento de las leyes previsionales de parte del Estado . La mayoría de los juicios son por reajustes de los haberes luego de la crisis de 2001-2002 y florecieron luego de que la Corte ordenara en el caso Badaro un ajuste del 88,3% por el período de enero de 2002 a diciembre de 2006. Y a pesar de que la Corte ya le ordenó al Gobierno una solución para los jubilados, la Casa Rosada no sólo la desoye sino que además paga apenas un tercio de los juicios que emprenden los jubilados. Como para repreguntarse dónde están los buitres y los caranchos.
Sobre las marmotas, no. De eso no cabe ninguna duda.
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