miércoles, 5 de diciembre de 2012

Más Enojados con La Presidenta

Los enojos por el paralelo entre jubilados y buitres
En su última aparición por cadena nacional la Presidenta, en la utilización desmedida de su lenguaje chabacano, llamó buitres y caranchos a los miles de jubilados que mantienen juicios justos contra la ANSeS, por supuesto rodeada de sus cortesanos, aplaudidores y reidores.

Yo no tengo juicios contra el Estado pero me solidarizo con mis coetáneos que sí lo hacen, donde se les niega justicia, se los denigra, insulta y esperan su muerte para dar de baja la sentencia judicial (desconocida por un Estado que dice respetar la división de Poderes). ¿Quiénes son más buitres o caranchos que comen carroña cadavérica de los jubilados? En lugar de insultar la inteligencia de los argentinos, la Presidenta debería mirar a su alrededor y ver la catadura moral, capacidad y gestión de sus colaboradores Boudou, Bossio, Moreno, Timerman, etc.

Jorge Rubnicius
La Presidenta llama “buitres” y “caranchos” a los jubilados que trabajaron y aportaron y hoy reclaman por medio de la Justicia, pero no tiene en cuenta que su madre también le hizo un juicio a la ANSeS y en término récord tuvo sentencia favorable y percibió la misma que logró en menos de dos años que le actualizaran sus haberes y se le abonase el retroactivo.

Como ciudadano, y en base a esos criterios, yo también podría considerar “buitres” y “caranchos” a quienes se enriquecieron a costa de que muchos pobres de Santa Cruz perdieran todo a través de la famosa Circular 1050 de Martínez de Hoz durante la dictadura. ¿O alguien se olvida de eso?

Humberto Spuches
La Presidenta se orienta a calificar de “caranchos” a los jubilados que reclaman por sus derechos reconocidos por la Constitución.

Pues bien, ante su zoológico viraje le propongo que ubique en su entorno cotidiano a las siguientes especies: La rémora (que vive pegada al poderoso para sacar de él ventaja) El perro faldero (que hace cualquier cosa por el que le tira un hueso).

El camaleón (que cambia de color y discurso, según le conviene).

El parásito (que no produce nada, pero desangra al que sí).

El tero (que grita en otro lado para desviar la atención de lo importante).

Para su meridiana claridad de análisis, será un juego de niños.

Carlos Sala Spinelli

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