12/02/11 - Clarin
Por Ivonne Henrich
Todos los seres humanos tienen sus tiempos predeterminados. Nadie vivirá más allá de lo asignado. Después de ese periodo, pasara a otra vida.
El envase quedara aquí, irremediablemente.
Entonces nos asombramos cuando cierta gente solamente se dedique a perjudicar a muchas a fin de acumular riqueza.
En un par de años, ¡chau!... y no se llevará nada.
Lo único que dejaran serán malos pensamientos hacia su persona, la de sus hijos y nietos. No se le ve la gracia, pero igual continúan perjudicando a muchos.
Cuando vemos los cientos y miles de funcionarios que actúan mal, ya siendo hoy de “aquí y mañana de allá”, y aquellos que permiten fraudes, pensamos si son personas que han firmado un pacto con el diablo.
¿Les habrá prometido vida eterna por el alma?
Son cuentos del tío.
No permitan que tan pocos hagan tanto mal a tantos.
Será posible que un par de ellos perjudiquen a 5 millones de jubilados, apoderándose de sus ahorros.
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