“Que entrevisten a los ancianos”
29/01/11 - Clarin
PorPEDRO ARANGO
Hoy nos deleitamos leyendo las historias de decisiones, de amor y de guerra, a través de las cartas que escribieron sus protagonistas. Allí podemos saber “de primera mano” lo que sucedía en esa época.
Conocemos de las traiciones entre los cortesanos, los emperadores y todos los que estaban en el poder. También disfrutamos de la poesía que se intercambiaban los enamorados, de sus emociones y sus traiciones.
Sabemos de los errores, desaciertos y triunfos de los que guerreaban en busca de poder, fama y fortuna. Simplemente, podemos remontarnos a tiempos pasados, de cómo pensaban y actuaban. Tenemos la historia en vivo y no en fantasía.
Pero ha nacido algo que es muy práctico, como el uso de la telefonía. Cuando sólo estaba la fija, las cartas se cursaban cuando las personas no estaban cerca del aparato.
Con el tiempo, el “artefacto” se puso al alcance de todos y en todos lados. Entonces los humanos lo que antes se escribían, hoy lo hacen en forma verbal. De esta forma todo se pierde. No dejaremos nada para el futuro.
Lo que quedaba eran los pensamientos, sentimientos, deseos y formas de vida. Pasaremos sin pena ni gloria. Hoy es más importante un choque, un siniestro o un cataclismo que el pensamiento de un ser.
Las historias las hacen las personas y cuando mueren esas se pierden. Por eso pedimos que los estudiantes de las universidades entrevisten a los ancianos, dejando “historias de vida”. Que con tecnología graben o escriban sus historias, antes que sus mentes se enfermen o ellos se vayan.
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