Por Aurora Toledo
Para el Gobierno, la ANSeS es una vaquita lechera. Reparte la leche a todo el país, menos a sus herederos que somos los jubilados, es decir alimenta a los ajenos, pero no a los propios como somos los jubilados. Tendremos muchos años, pero no somos tontos.
Reparte a diestra y siniestra nuestro dinero, tenemos dos aumentos miserables por año, un salario por esposa que está congelado hace tres años ($ 41 por mes) y no reconoce que la prioridad del reparto es para quienes aportamos por más de 30 o 40 años al sistema. No le importa eso, lo que le interesa es ganar votos de personas que jamás, o muy poco, aportaron.
Yo le digo a la Presidenta que en octubre votaremos más de cinco millones de jubilados, amen de sus familias. Que tenemos memoria. Entonces allí se acordará de nosotros, pero posiblemente será tarde.
Yo pienso que lo que hace con nosotros es un atropello. ¿Qué la lleva a esas actitudes de soberbia? ¿Por qué ese afán de burlarse de la Justicia, de los tratados internacionales, y apelar una y otra vez los juicios que los jubilados les ganan a la ANSeS? Llegará un momento en que la vaquita lechera no tendrá más leche. ¿Entonces de dónde sacará el dinero?
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