POR OSVALDO PEPE SECRETARIO DE REDACCION DE CLARIN
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18/06/12 - Clarin
Todo ciclo de poder dilatado supone una serie de encrucijadas y contradicciones por el desgaste natural que la política impone a sus elencos. El kirchnerismo lleva nueve años al mando del timón de la Casa Rosada y tiene por delante otros tres. En ese ciclo cambió de aliados, sustituyó amigos, construyó enemigos, siempre atento al impacto mediático de sus decisiones.
En su obra “Historia de los partidos políticos” , un clásico de la disciplina, el sociólogo alemán Robert Michells, discípulo de Max Weber, formuló la “ley de hierro de la oligarquía” , con la que afirmaba que “tanto en autocracia como en democracia siempre gobernará una minoría”.
Es un apotegma del poder: todo sistema político que se prolonga en el tiempo adquiere rasgos de oligarquía , en el sentido aristotélico de “gobierno de pocos” y como forma impura de gestión.
En ese sentido, el mecanismo de toma de decisiones del Gobierno se reduce cada vez más a un círculo íntimo al que, aceptado ya el destierro de Julio De Vido, se ha sumado el estrellato rutilante de Axel Kicillof (Ver: Kicillof y La Cámpora avanzan sobre otra área de De Vido), autor intelectual del plan de viviendas que, en la práctica, es un nuevo zarpazo a las jubilaciones futuras, tema siempre crucial y más en este tiempo. Tanto que De la Sota irá a la Corte para reclamarle a Cristina más de $ 1.000 millones para la Caja de Jubilaciones de la provincia de Córdoba (Ver: Córdoba lleva a la Corte su reclamo contra la Nación por las jubilaciones).
El kirchnerismo funciona así. Enciende siempre alguna esperanza , aunque por la puerta de atrás apague muchas otras . Anuncios ostentosos que luego pierden eficacia porque la inflación golpea las políticas sociales aun las más acertadas , como la Asignación Universal por Hijo (Ver: Se achica cada vez más el poder de compra de los salarios familiares). Ahora, más de 600 mil ciudadanos se han interesado por la nueva ilusión oficial por las viviendas, pero son millones los jubilados que a la vez abren el paraguas de la vida, por si acaso.
El Gobierno, encerrado en su microclima, esa forma de “oligarquía partidaria” , ni siquiera se inmuta porque la Corte haya vuelto a intimarlo a que dé precisiones sobre el uso del dinero de la ANSeS, generosa “cajita feliz” que puede ser un trago amargo para las generaciones futuras. No lo dice un periodista de Clarín : el propio titular de la Corte pidió terminar de una buena vez “con el verdadero padecimiento” de los jubilados.
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