martes, 21 de junio de 2011

Siempre debemos esperar los JUBILADOS

Todo comenzó el 25 de mayo a las 11, con una caída en la vereda y el trasladado de mi padre al Hospital Vélez Sárfield, donde le detectan una fractura de cadera. De inmediato se solicita el traslado al Sanatorio Julio Méndez, ya que papá era jubilado municipal.
Luego de siete horas de dolores, acostado en una camilla de la Guardia y de cuatro reclamos telefónicos, llegó por fin la ambulancia y se lo trasladó.
Más tarde, en la Guardia del sanatorio me pidieron que al día siguiente llevara fotocopias del DNI, recibo de sueldo y carné de la Obra Social, para que pudieran pedir la prótesis correspondiente.
En ese momento se me ocurrió preguntarle al médico si lo podrían operar el jueves o viernes, pero me respondió: “No, todavía no hacemos las cosas tan rápido”. El viernes papá comenzó con ardores estomacales que no le permitían probar bocado. A esta altura, ya no se quejaba de los dolores de la fractura, sino del ardor.
Así continuó hasta el domingo 29, a las 7, donde se me informa que sufrió un paro cardíaco a raíz de una hemorragia gástrica.
Me pregunto: ¿si lo hubiesen operado el jueves o el viernes, el final habría sido el mismo? Tal vez la respuesta sea, para qué preocuparse tanto si llegó a los 91 años y vivió demasiado.

Isidoro Moscovich
isidoroelias@fibertel.com.ar

No hay comentarios: