Tengo la sensación cierta de formar parte de un sector de la sociedad excluido y prescindente. Es preciso tener un estómago a toda prueba y una alta dosis de cinismo para no pagarles a los jubilados lo que les corresponde.
La Presidencia del Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires me niega lo dispuesto positivamente por la Fiscalía de Estado (29 de agosto de 2006 y ratificado por la misma en 2009), para que sea reajustado mi beneficio jubilatorio y se me abone por veinte años de trabajos nacionales.
Todo vale, menos mis aportes y la mala sensación de ser un ciudadano de segunda, lejos de aquel vilipendiado Artículo 14 bis de la Constitución Nacional.
Miguel Angel Perticone
miguelperticone@yahoo.com.ar
Clarin 18 de Junio
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