Comprendo y entiendo lo expresado por la lectora María Cristina en su carta titulada “Ahora puedo decir: me rindo”, del 23 de abril, pero no debe darse por vencida, debe seguir luchando por lo que le corresponde.
Hay una amiga mía que hace cuatro años que lucha por conseguir la pensión que legítimamente le pertenece y aún no lo ha logrado.
Su esposo aportó durante cuarenta y dos años para tener una jubilación digna y no pudo ser, falleció sin poder concretar su sueño.
Me pregunto: ¿si fue portero de la Escuela Técnica Nº 2 de Lincoln durante 42 años, es tan difícil certificar sus aportes? ¿Quién es el culpable de esta demora? ¿El Consejo Escolar, lugar donde se presentaron más de una vez todos los papeles y certificados que solicitaron o las autoridades de la ANSeS que utilizan los aportes para jubilar a gente que nunca aportó o comprar computadoras para alumnos o etc. etc.?
Quiero rendir un homenaje a mi querido amigo y compañero de tantos años, Omar Antonio Rivero.
Igual que a María Cristina, le digo a Pilar fuerza y fe en Dios. No se rindan.
martes, 17 de mayo de 2011
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