Todos vamos a llegar a viejos algún día, pero esos que están sentados muy cómodamente en sus oficinas, detrás del mostrador o frente a un teléfono, parece que no lo saben.
Tengo a mi papá enfermo y es muy anciano, él se atiende en el Hospital Español. Cada vez que necesitamos pedir turnos no nos atienden, y personalmente no está permitido: únicamente se tiene que hacer por teléfono.
Días, semanas, hasta meses, llamando por un turno y no atienden.
Nuestros ancianos no pueden esperar y hay que cuidarlos. La verdad es que no tienen vergüenza, son gente sin corazón.
Gladys Brandan
avriciel@hotmail.com
Gladys Brandan
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