20/05/11 - Clarin
Como trabajé toda mi vida de docente, enseñando a pensar, necesito que alguien me escuche y piense cómo puedo hacer para que mis años, en total más de 47 trabajados, puedan ser reconocidos con una justa jubilación.
El trámite es sencillo para el sentido común, o sea: a una jubilación  ordinaria docente existente desde el año 1993 se le adjudicarían 16 años más  trabajados en el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como docente de jornada  completa, por lo que se acrecentaría el haber y sería el correcto. Pero ahí se  interpone la burocracia administrativa desde 2007 en que inicié mi  pedido.
Todo, hasta los años reconocidos por la ANSeS y la Secretaría de Educación de  Buenos Aires, adjuntados como corresponde, están desde el 27 de octubre de 2009  en el tercer piso del Instituto de Previsión Social en La Plata (que corresponde  a la oficina de Correlación Magisterio) sin moverse de ahí.
Toda la vida  trabajé honestamente y dando lo mejor de mí, como ya dije enseñando a pensar...  lo que me queda es el placer y la gratificación de las cartas de mis alumnos y  sus padres que me demostraban su cariño y reconocimiento, pero... con eso no me  basta ahora porque la jubilación mía no es jubileo si no más bien un constante  ejercicio de malabares espirituales y materiales para vivir.
Necesito que alguien me escuche. No sé quién, pero alguien. Puede ser el  director del IPS, el gobernador de Buenos Aires, el jefe de la oficina donde mi  trámite está dormido, el empleado a quien le corresponde actualizar los  expedientes. O alguna persona de buena voluntad que quiera colaborar, para que  pueda seguir creyendo que después de muchos años de trabajo uno merece ser  reconocido y vivir dignamente.
Graciela González
gratomas@hotmail.com
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